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lunes, 10 de marzo de 2008

MI PROPIA RIMA

Saeta que voladora cruza,
arrojada al azar,
sin adivinarse dónde
temblando se clavará;
hoja del árbol seca
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde a caer volverá;
gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar,
y rueda y pasa, y no sabe
qué playa buscando va;
luz que en los cercos temblorosos
brilla, próxima a expirar,
ignorándose cuál de ellos
el último brillará;
eso soy yo, que al acaso
cruzo el mundo, sin pensar
de dónde vengo, ni a dónde mis pasos me llevarán.

viernes, 25 de enero de 2008

CANCIÓN DE CARNAVAL


Canción de carnaval Musa,
la máscara apresta,
ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta del Carnaval.
Ríe en la danza que gira,
muestra la pierna rosada,
y suene, como una lira, tu carcajada.
Para volar más ligera ponte
dos hojas de rosa,
como hace tu compañera
la mariposa.
Y que en tu boca risueña,
que se une al alegre coro,
deje la abeja porteña su miel de oro.
Únete a la mascarada,
y mientras muequea un clown
con la faz pintarrajeada
como Frank Brown;
mientras Arlequín revela
que al prisma sus tintes roba
y aparece Pulchinela con su joroba,
di a Colombina la bella
lo que de ella pienso yo,
y descorcha una botella para Pierrot.
Que él te cuente cómo rima
sus amores con la Luna
y te haga un poema
en una pantomima.
Da al aire la serenata,
toca el auro bandolín,
lleva un látigo de plata para el spleen.
Sé lírica y sé bizarra;
con la cítara sé griega;
o gaucha, con la guitarra de Santos Vega.
Mueve tu espléndido torso
por las calles pintorescas,
y juega y adorna el Corso
con rosas frescas.
De perlas riega un tesoro
de Andrade en el regio nido,
y en la hopalanda de Guido,
polvo de oro.
Penas y duelos olvida,
canta deleites y amores;
busca la flor de las flores por Florida:
Con la armonía te encantas
de las rimas de cristal,
y deshojas a sus plantas,
un madrigal.
Piruetea, baila,
inspira versos locos y joviales;
celebre la alegre lira los carnavales.
Sus gritos y sus canciones,
sus comparsas y sus trajes,
sus perlas, tintes y encajes y pompones.
Y lleve la rauda brisa,
sonora, argentina, fresca, ¡
la victoria de tu risa funambulesca!
Rubén Darío

miércoles, 5 de diciembre de 2007

A CAI


Gadir, fue fortaleza en el esplendor fenicio

Pues su historia allí comienza
En el mil cian antes de Cristo.

Periodo cartaginés, le sucedió al anterior,
Romanos vienen después
que ocupan esta región.

Y visigodos también
y árabes, nuevo invador
Qué aquí acuden en tropel.
En época posterior.

También Tacita de Plata,
y sirena del océano
y señorita del mar.

De color bello y diáfano.
Que despide al navegante
es también pañuelo blanco
y sabiduría del aire
y erudita de los vientos.

Balbo Columela, Cadalso,
Castelar, Falla, Pemán,
entre sus hijos preclaros
Gloria a esta tierra le dan.

De sus paseos costeros,
de sus casas encaladas,
sale este pueblo altanero
Con luz propia en la mirada.
En la bella capital,
tras un lento recorrido,
visita su Catedral,
y también sus castillos
San Sebastián y Santa Catalina.

El fuerte de Cortadura,
Hospicio, Diputación,
De muy bella arquitectura,
Muy dignos son de mención.

El Hospital de San Juan Grande,
La casa del Almirante,
San Servando y San Germán,
en Puerta Tierra delante.

Por el Parque Genovés,
pasear tiene su encanto,
en el dulce atardecer
que la noche pone manto.

Chirigotas y comparsas,
en fiestas de Carnaval,
hacen simpática farsa
Con originalidad.

Y la Gracia de sus gnetes,
toman de su mar la sal,
que se aspira en su ambiente,
y es su credencial.

A Cádiz, LA CIUDAD QUE SONRÍE!

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lunes, 26 de noviembre de 2007

DULCE REGUERO DE LUZ...

Mi virgen llegó llorando
y todo lloró con ella;
lloró la luna redonda
su plata por las veletas,
y lloró triste la noche,
y la torre muda y quieta,
y los ojos al mirarla,
y las manos que se elevan,
y la lágrima que pide,
y la oración que le ruega,
y la sangre temblorosa,
y la entraña que se agrieta
y el corazón que al amor
descorre todas sus puertas,
mientras mi Virgen pasaba
llorando su amarga pena.

Mi Virgen iba llorando
y todo lloró con ella;
lloró su aroma a la flor,
y lloró su luz la cera;
lloró el palio su vaivén
de azahar y de azucena;
lloró la candelería
su labor de plata vieja;
lloró su frío el marfil
y el terciopelo de seda;
lloró en su alta corona
el reflejo de las piedras,
y lloró toda Sevilla
por el Dulce Nombre de su pena.

!Mi Virgen se fue llorando
y yo me fui con ella!

miércoles, 21 de noviembre de 2007

ANA Vs. LORCA: LORQUIANA

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del "Te quiero siempre".
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga cabeza de río.
¡Mira qué orilla tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

Federico G. Lorca



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