Jerez, ciudad tranquila, diferente, grande pero pequeña, conformista, por donde no parece pasar el tiempo aunque mire al futuro, porque ya no es la cuna asristocrática de grandes fortunas, de patricios y de formas casi feudales de concebir la vida. Por eso, aún es posible caminar por sus empedradas y estrechas calles y observar un mundo de contrastes en lo que es un paseo por la Historia.
Fotografía; Raúl Ramírez
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