sábado, 29 de septiembre de 2007

EL MITO DE ARACNE


Uno de los mitos más interesantes y curiosos de la mitología griega, Velázquez lo llevo a una de sus más grandes obras; El Mito de Aracne o el conocido cuadro como las Hilanderas, representa en un lienzo extraordinario el mito de la joven Aracne desafiando a la diosa Palas Atenea.

Esta obra del genial artista sevillano, pertenece a su período en el que fue contratado por Felipe IV como pintor de cámara o de la corte en Madrid.

De esta época en la corte, después de su etapa sevillana y en Italia, Velázquez retrará a la familia de Felipe IV, la popularmente conocida como las Meninas (sin duda el mejor exponente artístico del pintor), así como la Venus del espejo.

El mito de Aracne, como cualquier mito es una narración de algún hecho sobrenatural que suele ser protagonizado por personajes sobrenaturales o extraordinarios. Antiguamente estos considerados como una realidad vivida por dioses y seres extraños.

Todo mito viene a decir algo y como tal representa una historia simbólica cuya alegoría se refiere a acontecimientos de la naturaleza que se repiten periodicamente. En el caso de Aracne la prepotencia, el creerse mejor que nadie, el egocentrismo, etc., se ponen de manifiesto en la figura Aracne, una joven hija de un tintorero que tenía gran habilidad para el tejido y el bordado.

Tanto es así que se decía que era la discípula de Átenea ( diosa de la sabiduría y de las hiladoras).

Aracne era muy habilidosa y bella, pero tenía un gran defecto, era demasiado orgullosa. Por eso, en un momento de inconciencia, retó a la diosa, quien por supuesto aceptó el reto. Primero se le apareció en forma de anciana y le advirtió que se comportará mejor con la diosa, aconsejándole modestia.

Aracne, orgullosa e insolente no escuchó los consejos de la anciana y le respondió con insultos. Atenea montó en cólera, se descubrió ante la atrevida joven e inició la competencia. En el tapiz de la diosa, mágicamente bordado se veía los doce dioses principales del Olimpo en toda su grandeza. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios ejemplificando las terribles derrotas que sufrían los humanos que desafíaban a los dioses.

Por su parte Aracne representó los amoríos deshonrosos de los dioses como el de Zeus y Europa, Zeus y Dánae, entre muchos más.

La obra era perfecta, pero la diosa Palas encolerizada por el insulto hecho a los dioses, tomó su lanza, rompió el tapiz y le dio un golpe a la joven. Ésta sin comprender, se siente totalmente humillada y deshonrada, por lo que enloquece y termina por ahorcarse.

No obstante, Palas Atenea no permitió que muriera sino que la convirtió en una araña, para que continuara tejiendo toda la eternidad.

Como vemos un mito, puede ser como la vida misma, nuestras actitudes, nuestras virtudes y nuestros defectos, nos pueden llevar a lo peor de uno mismo, aún así nos pueden servir de acicate para aprender en la vida, y crecer como personas.

3 comentarios:

Raúl Ramírez dijo...

Te has despertado hoy muy ejemplarizante con estos mitos. ¿Recuerdas el cuadro en el museo del Prado?

ANDRÉS dijo...

Sí me desperté eufórico después de la noche de tantas emociones de ayer, es lo que tiene, jeje...
Y claro que lo recuerdo, como pa no recordarlo con el Tour leader particular que tuve.

Alberto Ramírez Jiménez dijo...

El cuadro es digno de su creador. El mito, como dices, es para tomar ejemplo. Ayer viendo a Iker Jiménez, este dijo algo que es más verdad que el Evangelio: "El peor enemigo de uno es uno mísmo".