sábado, 17 de noviembre de 2012

EL ARCÁNGEL SAN GABRIEL


SAN GABRIEL
Un bello niño de junco,anchos hombros, fino talle, 
piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes,
nervio de plata caliente, ronda la desierta calle. 
Sus zapatos de charol rompen las dalias del aire, 
con los dos ritmos que cantan breves lutos celestiales.
En la ribera del mar no hay palma que se le iguale,
ni emperador coronado, ni lucero caminante. 
Cuando la cabeza inclina sobre su pecho de jaspe,
la noche busca llanuras porque quiere arrodillarse.
Las guitarras suenan solas para San Gabriel Arcángel,
domador de palomillas y enemigo de los sauces. 
San Gabriel: el niño llora en el vientre de su madre. 
No olvides que los gitanos te regalaron el traje.
Anunciación de los Reyes, bien lunada y mal vestida, 
abre la puerta al lucero que por la calle venía.
El Arcángel San Gabriel, entre azucena y sonrisa, 
biznieto de la Giralda, se acercaba de visita.
En su chaleco bordado grillos ocultos palpitan.
Las estrellas de la noche se volvieron campanillas.
San Gabriel: Aquí me tienes con tres clavos de alegría.
Tu fulgor abre jazmines sobre mi cara encendida.
Dios te salve, Anunciación. Morena de maravilla.
Tendrás un niño más bello que los tallos de la brisa.
¡Ay, San Gabriel de mis ojos!, !Gabrielillo de mi vida! 
Para sentarte yo sueño un sillón de clavellinas.
Dios te salve, Anunciación, bien lunada y mal vestida.
Tu niño tendrá en el pecho un lunar y tres heridas.
¡Ay, San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vidal!
 En el fondo de mis pechos ya nace la leche tibia.
Dios te salve, Anunciación. Madre de cien dinastías.
Áridos lucen tus ojos, paisajes de caballista.
El niño canta en el seno de Anunciación sorprendida.
Tres balas de almendra verde tiemblan en su vocecita.
Ya San Gabriel en el aire por una escala subía.
Las estrellas de la noche se volvieron siemprevivas.

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